Somewhere (Sofia Coppola, 2010)
Ayer a la noche, incubando mis 40 grados de fiebre, vi 'Somewhere'.
No puedo negar que la última película de Sofia Coppola siempre la ves cargada de prejuicios y miedo. ¿Por qué? Porque no nos gustan las niñas de papá. No nos gustan las niñas ricas mimadas, y todos sabemos que ella lo es.
Ésta es la eterna discusión sobre si la reputación o lo que sabemos del artista debería o no influir a la hora de enfrentarnos a su creación.
Con Sofia Coppola me pasa lo siguiente: 'Las vírgenes suicidas' me gustó mucho, mucho, mucho y me cautivó en mi plena adolescencia. 'Lost in translation' me parece una de las mejores películas de la década del 2000, una obra maestra absoluta. Pero luego, 'Marie-Antoinette' despertó en mí una ira incontrolable, estuve insultándola durante meses, abochornada (curiosamente leí hace un par de semanas un extenso artículo sobre la coherencia de sus obras que me convenció y se me pasó un poco el enfado con ésta última).
Así que con todo eso me enfrento a 'Somewhere', un poco escéptica.
Y el resultado es que no me ha gustado prácticamente nada. Tiene algunas cosas positivas, como por ejemplo un buen sentido del ritmo. Creo que Sofia Coppola siempre lo tuvo, jamás sentí como 'lentas' ninguna de sus películas, sino que hay una correspondencia casi perfecta entre los planos y las acciones.
Pero. 'Somewhere' no es más que otro retrato vacío sobre la soledad existencial que siente un actor millonario y famoso que llena su vida con sexo, pero que oh, pobrecito, está muy triste porque muy en el fondo sabe que no es nadie, que es insignificante.
Y entonces miro mi vida, que es una maravilla comparada con la de tantos otros (trato de no ser demagógica pero me cuesta) y esta película me da asco, me da mucho asco que las personas que tienen tanto se sigan quejando y lamentando. Haz algo. Mueve el culo. Estás vivo, tienes un mundo lleno de facilidades. No llores, joder. No tienes derecho a llorar.
Es por eso que 'Somewhere' me parece un patético lloriqueo de niña rica y frustrada, con dos protagonistas absolutamente insoportables (especialmente la niña perfecta que es guay y comprensible y hace ballet y se rie como si tuviera muchos problemas) y un estilo sospechosamente 'Jim Jarmusch' pero sin todo el sentido.
Por lo general odio leer críticas sobre las películas, pero ayer me detuve a leer algunas y encontré algo que me gustó mucho sobre un comentario que hizo alguien del ABC, que era: "Probablemente el mejor fresco que se ha hecho nunca de la vacía y absurda vida de una estrella de Hollywood."
La crítica en cuestión respondía:
"La tragedia la rubrica un redactor de reseñas de ABC, visiblemente embriagado, que se atreve a aventurar que este es el mejor retrato que se ha hecho nunca sobre la absurda vida de una estrella de Hollywood, olvidando que alguien una vez acusó a las películas sonoras de empequeñecer y descendió entre delirios una escalera, o que alguien llora, y llora, y llora en algún miserable y lóbegro tugurio de Mulholland Drive.
Yo, por mi parte, muestro mi dedo corazón y reitero mi deseo de tener una piscina."
Amén.
No puedo negar que la última película de Sofia Coppola siempre la ves cargada de prejuicios y miedo. ¿Por qué? Porque no nos gustan las niñas de papá. No nos gustan las niñas ricas mimadas, y todos sabemos que ella lo es.
Ésta es la eterna discusión sobre si la reputación o lo que sabemos del artista debería o no influir a la hora de enfrentarnos a su creación.
Con Sofia Coppola me pasa lo siguiente: 'Las vírgenes suicidas' me gustó mucho, mucho, mucho y me cautivó en mi plena adolescencia. 'Lost in translation' me parece una de las mejores películas de la década del 2000, una obra maestra absoluta. Pero luego, 'Marie-Antoinette' despertó en mí una ira incontrolable, estuve insultándola durante meses, abochornada (curiosamente leí hace un par de semanas un extenso artículo sobre la coherencia de sus obras que me convenció y se me pasó un poco el enfado con ésta última).
Así que con todo eso me enfrento a 'Somewhere', un poco escéptica.
Y el resultado es que no me ha gustado prácticamente nada. Tiene algunas cosas positivas, como por ejemplo un buen sentido del ritmo. Creo que Sofia Coppola siempre lo tuvo, jamás sentí como 'lentas' ninguna de sus películas, sino que hay una correspondencia casi perfecta entre los planos y las acciones.
Pero. 'Somewhere' no es más que otro retrato vacío sobre la soledad existencial que siente un actor millonario y famoso que llena su vida con sexo, pero que oh, pobrecito, está muy triste porque muy en el fondo sabe que no es nadie, que es insignificante.
Y entonces miro mi vida, que es una maravilla comparada con la de tantos otros (trato de no ser demagógica pero me cuesta) y esta película me da asco, me da mucho asco que las personas que tienen tanto se sigan quejando y lamentando. Haz algo. Mueve el culo. Estás vivo, tienes un mundo lleno de facilidades. No llores, joder. No tienes derecho a llorar.
Es por eso que 'Somewhere' me parece un patético lloriqueo de niña rica y frustrada, con dos protagonistas absolutamente insoportables (especialmente la niña perfecta que es guay y comprensible y hace ballet y se rie como si tuviera muchos problemas) y un estilo sospechosamente 'Jim Jarmusch' pero sin todo el sentido.
Por lo general odio leer críticas sobre las películas, pero ayer me detuve a leer algunas y encontré algo que me gustó mucho sobre un comentario que hizo alguien del ABC, que era: "Probablemente el mejor fresco que se ha hecho nunca de la vacía y absurda vida de una estrella de Hollywood."
La crítica en cuestión respondía:
"La tragedia la rubrica un redactor de reseñas de ABC, visiblemente embriagado, que se atreve a aventurar que este es el mejor retrato que se ha hecho nunca sobre la absurda vida de una estrella de Hollywood, olvidando que alguien una vez acusó a las películas sonoras de empequeñecer y descendió entre delirios una escalera, o que alguien llora, y llora, y llora en algún miserable y lóbegro tugurio de Mulholland Drive.
Yo, por mi parte, muestro mi dedo corazón y reitero mi deseo de tener una piscina."
Amén.
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