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Mostrando entradas de mayo, 2011

The L Word (Ilene Chaiken, Michele Abbott, Kathy Greenberg, 2004-2009)

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Hace un mes y cinco días que empecé 'The L Word' y hoy he acabado con ella. Seis temporadas. Realmente las series son algo adictivo, mucha gente me recomienda muchas joyas como 'The Wire' o 'Los Soprano' y sólo pensarlo me da una pereza tremenda. Desde que acabé 'Six Feet Under', no sé si tengo ganas de ver todas esas obras maestras hechas series. Para qué. Las buenas series te roban la vida, se convierten en vitales y te hacen adicto y luego se acaban y te quedas sola en la más absoluta nada. Podríamos iniciar un eterno debate entre qué es una buena serie y una mala serie, pero a día de hoy me parece casi imposible definirlo. Es algo más intuitivo, algo que se sabe . Sé que 'The L Word' no es una buena serie, si nos ponemos cinéfilos. Sin embargo desde que Laura me habló de ella y me enganché irremediablemente, no fui capaz de abandonarla ni un solo día. Me he preguntado muchas veces si puedes ver 'The L Word' sin ser una mujer que ama a

Tous les soleils (Philippe Claudel, 2011)

'Tous les soleils' es una película que ni siquiera se merece ser mencionada. Pero me queda una semana en Francia y quiero ir al cine. A ese cine tan precioso de los cinéfilos de Mayo del 68, donde siempre hay algo que ir a ver. Lo voy a echar tanto de menos. Ir al cine por ir al cine, no por las películas. Delante nuestra está sentado un señor, solo. Gracias a que 'Tous les soleils' es una mierda y estoy completamente ausente, me fijo en cómo la luz proyectada en su cara ilumina una lágrima. Nos preguntamos de dónde sale, por qué llora ese señor, y si acaso lo hace por lo mala que es la película. Yo lo haría. Salgo contenta, al menos, porque la he entendido toda de oído y me siento muy orgullosa de haber llegado sin saber nada y marcharme pudiendo ver películas en francés sin subtítulos. No habrá quien me gane a snob.

Room In Rome (Julio Medem, 2010)

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La vida imita al cine.

La solitudine dei numeri primi (Saverio Costanzo, 2010)

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La soledad no es ninguna enfermedad.

37.2 le matin ( Jean-Jacques Beineix, 1986)

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Qué loca estás, Betty Blue. Que tiras la casa por la ventana hasta dejarla vacía, que le prendes fuego y huyes sin tener a dónde. Que le arañas la cara a los hombres, y la espalda. Que gritas sin control, te cortas las manos con los espejos rotos. Qué loca estás que te refugias en el sexo y te ahogas en tus propios gemidos. Que te maquillas la cara como un payaso, no utilizas ropa interior y tus vestidos no te esconden de nadie. Que a veces eres calma, pero durante tan poco tiempo. Qué loca estás en tu consciencia de perder la cabeza. Que paras el tráfico, no te interesan las leyes ni las normas, que no temes morir. Que te arrancas un ojo de la cara y dejas la casa sucia de sangre. Pero qué loca estás, Betty Blue. (Y el cielo y el mar entre sus ojos te hacían sentir que estabas vivo. Déjense querer por una loca, es único).

Blue Valentine (Derek Cianfrance, 2010)

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Las películas de amor ya no me convencen. Películas como ésta, cortadas por el mismo patrón: pareja adorable, se conocen y hacen cosas muy entrañables juntos pero luego el amor se va deteriorando y se convierten en algo triste y patético et voilà, c'est fini. Eso es todo, nada nuevo bajo el sol. Yo creo que después de 'Eternal Sunshine of the Spotless Mind' deberían dejar de hacerse películas de amor. Para qué más. A pesar de todo, esta canción es muy bonica y me hace pensar en 'Once'.

El hombre de al lado (Mariano Cohn & Gastón Duprat, 2009)

'El hombre de al lado' es una película que esta noche habré olvidado.

The Tree of Life (Terrence Malick, 2011)

'The Tree of Life' me ha dejado un poco confusa. Leo una crítica que dice: "¿Obra maestra o gran fraude? Probablemente, las dos cosas." Y sí, por momentos la belleza de todos y cada uno de los planos es tan extrema e insoportablemente desmesurada, que el argumento parece una excusa reducida a una línea de guión, y el resto es placer simple y puramente audiovisual. Como sentarse durante horas a observar imágenes absolutamente perfectas e hipnóticas. Es genial, pero, ¿me conduce a alguna parte la belleza si es vacía? Los 25 minutos de imágenes de peces, dinosaurios, nubes, cielo, fuego, luces, colores, que tanto me han recordado a la odisea en el espacio llevada a cabo por Kubrick, han hecho que más de una persona abandonara la sala, no dispuesta a aguantar las dos horas y media de National Geographic. Andrea y Joy reían durante estas imágenes. Alba, sentada en otra fila, empezaría a llorar minutos más tarde. Ahí el fraude y ahí la obra maestra. Luego sientes que no, qu

Kokuhaku (Confessions) (Tetsuya Nakashima, 2010)

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'Confessions' es una película bella y violenta a partes iguales. Parecen dos cosas difíciles de conciliar, pero de algún modo la sangre puede ser filmada de un modo tan poético que asusta. Existen dos tipos de violencia: la violencia divertida (Tarantino etc.) y la violencia reflexiva, aquella que se toma en serio. 'Confessions' se toma su tiempo narrativo para reflexionar sobre todo este dolor, qué significa asesinar o golpear o simplemente ser cruel, se recrea en la venganza y la disfruta desmenuzándola hasta el extremo. Consecuentemente todos disfrutamos de ella. Ya lo decía mi madre: a los niños hay que matarlos de pequeños.

Un divan à New York (Chantal Akerman, 1996)

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Chantal Akerman escribió una vez: "He estado y he escrito. Sin comprender demasiado. Una mirada de paso, maravillada por el verano, pasando por Alemania del Este, después Polonia. Por el camino, a paso ligero, Tarnow, de donde viene mi madre. Ni visto, ni mirado. En la frontera, el verano se apaga para dejar paso al otoño. Un otoño sordo y blanco, recubierto por una masa de niebla. En el campo, hombre y mujeres casi acostados sobre la tierra negra de Ucrania, confundiéndose con ella, recogen remolachas. (...) Y el invierno blanco. Y el cielo inmenso y algunas siluetas que caminan hacia Moscú donde confluirá la película. Que dejará sin duda percibir algo de este mundo desorientado, con esta impresión de posguerra en el que cada día vivido parece una victoria... Poco a poco nos damos cuenta de que siempre se muestra lo mismo, un poco como la escena primaria. Y la escena primaria para mí, debo rendirme a la evidencia es, a lo lejos o bien cerca, viejas imágenes apenas recubiertas por

El día de la bestia (Álex de la Iglesia, 1995)

Creo que era la única persona sobre la faz de la tierra que todavía no había visto 'El día de la bestia'. Es uno de esos clásicos del cine español que a todo el mundo encanta, porque mezcla al diablo con el heavy, que admito que es una combinación estupenda, pero la presencia de Santiago Segura ya me da tanta urticaria, que me cuesta horrores ver más allá. ¡Lo siento en el alma! Una vez vi a Santiago Segura por la calle en Barcelona, y estaba muy flaco y llevaba una chica hermosa del brazo. El caso es que me descargué 'El día de la bestia' para ilustrar el texto sobre las azoteas que publicaron hace poquito en Détour. ¡Deberíais leerlo! :D

John Carpenter's Christine (John Carpenter, 1983)

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Ayer a la noche vimos 'Christine', la película de John Carpenter sobre un hermoso coche rojo, elegante y sediento de sangre que, poseído por el diablo, asesina a todo aquel que se le pone por delante. Y la fuimos a un drive-in: pantalla gigante al aire libre, los espectadores dentro de sus coches pitando entusiasmados y encendiendo las luces a la mínima ocasión. Me he reído mucho con 'Christine' y he querido mucho (muchísimo) a ese coche tan retro, bonito, brillante y tan hábil en el noble arte de matar. Además me ha encantado todo el rollo fetichista del protagonista enamorado locamente de su Christine, y cómo ésta le correspondía a sus cariños encendiendo su radio y poniéndole canciones románticas. Además Christine no sólo es guapa, sino que también es una celosona y es tenaz y tiene mucha capacidad de superación. Adoro a ese coche. No sólo es genial tener la oportunidad de ver una película así en esas circunstancias, sino que además nos han regalado palomitas de colo

Midnight in Paris (Woody Allen, 2011)

Ir al cine a ver la última película de Woody Allen el día del estreno es algo que nunca quiero ni puedo evitar. Todo el mundo habla sin parar de las películas de Woody Allen en cuanto salen, y es entonces que siento ese miedo de que alguien me diga algo que no quiero oír, de leer su sinopsis, de ver un maldito trailer. No quiero, no quiero, no quiero. Así que corro nerviosa y quiero ser la primera de la fila para escoger los mejores asientos de toda la sala. La mayor parte del tiempo y cuando del cine se trata, soy como una niña pequeña en el peor de los sentidos. Caprichosa, acaparadora, altiva, excitada. Nunca pude presumir de ser una de esas "cinéfilas de toda la vida", que crecen con las películas de John Ford en vez de ver Xabarín Club. 'Ace Ventura: Operación África' fue probablemente una de las bases de mi vida. Mis películas de la infancia fueron pueriles y estúpidas, pero ah, Woody Allen, tú siempre estuviste ahí. Mi madre tenía 'Annie Hall' y 'Ma

Los santos inocentes (Mario Camus, 1984)

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Se ha muerto. Se ha muerto la Milana, señorito.

Pina (Wim Wenders, 2011)

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Hemos vuelto al cine a ver Pina. Máximo síndrome de Stendhal.