Entradas

Mostrando entradas de junio, 2012

Extraterrestre (Nacho Vigalondo, 2011)

Imagen
No os podéis imaginar la alegría que me dio cuando ayer vi que por fin podía descargarme 'Extraterrestre'. Fui la persona más triste del universo cuando tras tener la fecha de estreno apuntada en mi calendario meses ha, no fue estrenada en ninguno de los cines de ninguna de las ciudades que me pillaban a mano. Me da más rabia aún cuando es el casi único director español al que quiero darle el dinero de mi entrada, las veces que haga falta. Yo por Vigalondo siento mucha debilidad. Podría pasarme horas hablando de las cualidades que tiene no sólo como director sino como "escritor sobre cine", pero como me pasa con la gente que me gusta mucho, las palabras se me enredan en la garganta y luego soy incapaz de decir nada coherente o comprensible para los demás. En otras palabras, no soy capaz de explicarme. Creo que le pasa algo parecido a Vigalondo, aunque no lo mismo, porque él, como comunicador, es capaz de explicar y transmitir a la perfección toda la pasión que le tr

Du côté d'Orouët (Jacques Rozier, 1973)

Imagen
Decía Miguel en un e-mail que me envió el 24 de junio: "Me gusta mucho la idea de no tener que explicar/contar nada. Menuda tentación; la de ir simplemente siguiéndola..."

The Pervert's Guide to Cinema (Sophie Fiennes, 2006)

Imagen
‘The Pervert’s Guide to Cinema’ no podría ser más interesante, y en dos horas y media y gracias a Slavoj Žižek aprendí más sobre el cine y la vida que en los 6 años que llevo estudiando el primero. (A propósito de City Lights) "Creo que esta es la metáfora de nuestros infortunios. Con qué frecuencia cuando amamos a una persona, no la aceptamos como de hecho ella es. Aceptamos a esa persona en la medida en que quepa en las coordenadas de nuestra fantasía. Nos confundimos, identificamos erróneamente a esa persona, por eso cuando descubrimos que estábamos engañados, el amor puede rápidamente transformarse en violencia. No hay nada más peligroso, más letal para la persona amada que ser amada por lo que no es, sino por ajustarse a un ideal."

Trans-Europ-Express (Alain Robbe-Grillet, 1966)

Imagen
Esta chica se llama Marie-France Pisier, e interpreta a una prostituta en Trans-Europ-Express. Marie-France se parece a Anna Karina. Sonríe como Anna Karina, se maquilla como Anna Karina, se peina como Anna Karina. Habla francés como Anna Karina. Pero no es ella. No tiene su fuerte acento, no se mueve como un cuchillo afilado a veces ni con esa dulzura infantil e inocente otras. No tiene su boca, no tiene sus muecas. Serge Gainsbourg nunca se fijaría en ella. No baila como ella, no se comporta en la cama como Anna Karina lo haría. El aire no se mueve igual entre su pelo, la vida no aterriza de igual modo en su cuerpo. Muchas chicas se parecen a Anna Karina. Pero ninguna es ella.

Un amour de jeunesse (Mia Hansen-Løve, 2011)

Imagen
Hay un momento clave en ‘Un amour de jeunesse’. Y no son sus diálogos vivos y palpitantes, como cuando le arrancas el corazón a un animal y este todavía late unos segundos en tus manos mientras se desangra, como esas nécoras que retuercen aún sus pinzas acostadas sobre el hielo picado. Estos diálogos, en ese estado agónico que separa la vida de la muerte, le sientan como un guante a esos personajes que sientes que alguna vez te han espiado, alguna vez te han visto hacer lo que haces, decir lo que dices. Es lo que llaman naturalidad, que es una de las cosas más difíciles de fingir por su contradicción, y que nada tiene que ver con la triste y gris realidad. No. No son los diálogos, ni esos personajes tan tristes que hasta parecen apáticos, ni esa música desconcertante, ni esos cortes certeros que te quitan el aire durante un segundo. El momento clave de ‘Un amour de jeunesse’ es cuando estando en una pequeña clase de arquitectura, el profesor pregunta a sus alumnos qué palabra aso

Home (Ursula Meier, 2008)

Imagen
Siempre me gustan los personajes más callados. Los que parecen no sentir nada, y luego de repente, sin decir nada ni a nadie, un día se van y nunca vuelven.

La chispa de la vida (Álex de la Iglesia, 2011)

Alex de la Iglesia en general y ‘La chispa de la vida’ en concreto me gustan porque supuran rabia y odio y mala leche. El pero es que esta rabia está demasiado controlada, aunque supongo que es parte del proceso de pasar de la cabeza (de las entrañas, donde habita esa rabia) al papel y luego a la gran pantalla, y que inevitablemente, parte de esa furia se pierde en ese largo viaje llamado proceso de construcción. La rabia de Alex de la Iglesia es distinta, es una rabia más identificable, más concreta. Le tiene rabia a los modernos, y a las guapas que rechazan a los feos y a los medios de comunicación y todas las alimañas que se alimentan de las vidas de los demás a cambio de un poco de espectáculo. ¿Y quién no? Es una rabia diferente a la que podría tener el tipo este gordo de los documentales, una rabia publicitaria, demagoga y falsa. Es diferente a la rabia de Ken Loach, una rabia tipo Angelina Jolie y las ONG’s, sentimentaloide y tan vacía como impuesta. Alex de la Iglesia tiene

Moonrise Kingdom (Wes Anderson, 2012)

Imagen
C’est le temps de l’amour, le temps des copains et de l’aventure … y bam, una casita de muñecas, unas tijeras y sangre en el costado. Ese es el color y el sabor de Moonrise Kigdom, salsa agridulce, a veces suave y a veces salvaje, y es también el color y el sabor de Wes Anderson en general, ninguna sorpresa. Moonrise Kingdom es un pequeño cuento de amor y aventuras de dos indomables, dos desarraigados y renegados, como acostumbran a ser sus protagonistas. Personajes al margen del mundo corriente, que se fabrican su propio mundo acorde a sus gustos y necesidades. Quién pudiera. Y es así como se nos cuenta la historia de Pierrot y Marianne, todavía en los años 60, pero a más color, si es que era posible. Personajes que en su maleta de superviviencia sólo meterían tres libros, un arma y un tocadiscos y después, nuestra pequeña playa. Me gustó mucho Moonrise Kingdom porque no existe. A veces las películas me gustan porque me hablan de algo familiar que me toca de alguna u ot

She Wore a Yellow Ribbon (John Ford, 1949)

Imagen
El crepúsculo de John Wayne -Demasiado tarde, Nathan. Tú vendrás conmigo. Cazaremos búfalos juntos. Fumaremos pipas. Somos muy viejos para guerras. -Sí, somos muy viejos para guerras, pero los viejos deberían parar las guerras.

My Little Princess (Eva Ionesco, 2011)

Imagen

Blood Simple (Joel Coen, Ethan Coen, 1984)

Imagen
Me faltaban sólo un par de películas de los hermanos Coen por ver porque había abandonado el propósito de tragarme toda su filmografía cuando me topé con 'Arizona Baby' y me quise morir de la vergüenza ajena. No debería haber hecho esto, porque repasando los títulos me doy cuenta de que algunas de las suyas fueron mis películas más favoritas durante la adolescencia, especialmente la niña de mis ojos: El hombre que nunca estuvo allí. Dicho esto, y años después, me pongo a ver ‘Blood Simple’. Hay resoluciones de escenas tan brillantes, movimientos y emplazamientos de cámara tan perfectos, estratégicos, sorprendentes e innovadores, que se nota demasiado que es un debut. Que el cine les hervía en la sangre y que llevaban años queriendo hacer esto y aquello y lo de más allá, y que en cuanto les dieron la oportunidad intentaron hacerlo todo a la vez. Eso tiene una parte buena y una mala: la mala es que es una película tan buena que mientras la ves no puedes parar de pensar en lo

Death Proof (Quentin Tarantino, 2007)

Imagen
Hace unos meses que me entraron muchas ganas de rever todas las películas de Tarantino, y 'Death Proof' era la que más me apetecía de todas ellas. Y viéndola me he dado cuenta de que, dentro de lo que intenta ser, no existe ninguna manera posible sobre la tierra en la que pudiera ser más perfecta. Tarantino no filma nada que se le parezca a la vida, Tarantino filma nuestros mejores sueños.  En technicolor y 35 mm.

David and Lisa (Frank Perry, 1962)

Imagen
'David and Lisa' se sitúa desde el punto de vista del loco, y eso es algo que en algunos momentos me resultó excesivamente irritante e incomprensible, porque hablamos aquí de locura real, no de las típicas locas adorables de las que hablé hace poco. Y la locura real no es nada cool, sino que no tiene sentido del ridículo, ni de la estructura, y se balancea a su antojo sobrepasando los límites. Pero sobre todo, si algo tienen de maravilloso las películas sobre locos, es que siempre están a favor de ellos y en contra de aquellos llamados normales. Recuerdo 'Shock Corridor', una película absolutamente increíble, en la que uno de los locos mascaba chicle frenéticamente para quedarse dormido, ya que cuando estás dormido, nadie diferencia a un loco de un cuerdo. En 'David and Lisa' hay un momento de confrontación entre los locos y los "normales". Lisa, una adolescente esquizofrénica muy guapa por cierto, se acerca en la estación de autobuses a una famili

Black Mirror (Charlie Brooker, 2011)

Imagen
La gente hablaba mucho de 'Black Mirror' así que ayer a la noche, sin demasiada cabeza como para centrarme en una historia de más de hora y media, me puse a verla (y a acabarla, irremediablemente). Podría hablarse de 'Black Mirror' como unidad, es evidente que los tres episodios tienen mucho en común, pero sobre todo el miedo, la exageración de una situación más o menos actual y verídica hasta límites insospechados (y muy "graciosos" en alguno de los casos). Sin embargo 'Black Mirror' es una trilogía que puede analizarse independientemente.   El himno nacional: Me encanta. Es una de esas bromas de bar, grotescas y sin piedad, tipo "¿qué preferirías, que mataran a tu madre o follarte a un bebé?". Ya solamente el hecho de plantearse y filmar una elección así de un modo serio y elegante se merece un aplauso. Para los que no conozcan la historia y resumiendo: el Primer Ministro tiene que follarse a un cerdo en directo y sin trampas y difun

Apflickorna (She Monkeys) (Lisa Aschan, 2011)

Imagen
Miguel me dijo que tenía que ver ‘She Monkeys’ para explicársela. No la vi por ese motivo, por la razón que explicaré a continuación, sino porque me encantó el trailer: En palabras no moderadas, lo de necesitar “explicar y comprender” una película me parece una soberana estupidez. Me lo parece desde hace mucho tiempo, pero sobre todo y para mí, quedó confirmado desde Lynch. Cada vez que alguien me dice “no la he entendido” o hace alguna pregunta sobre cualquier lógica narrativa, me pongo de mal humor. He de decir que siento más debilidad por aquellas películas que me hacen preguntas más que por aquellas otras que me las contestan, por aquellas películas que me permiten un margen de movimiento y libertad a la hora de plantearme una historia o un sentimiento o un dilema, que por aquellas que me insultan con su obviedad y su evidencia. Hace mucho tiempo que el espectador es considerado un integrante de la obra, así que ¿por qué no darle un poco de trabajo? Y luego, tras ve