Quisiera hacer este viaje con mis amigos. Adentrarnos en el bosque, perdernos en la playa. Acostarnos drogados, despertarnos drogados. Sumergirnos en la danza descoordinada que no se acaba cuando sale el sol. Abrazarles, decirles que les quiero, y que esto sea efímero. Un te quiero hoy y te quiero ahora. Que la droga nos revele que esto es lo único que debería contar. Porque mañana no queda nada, mañana todos se van, se pierden, se cambian, se mueren. Te olvidan. Pasan a otra cosa, porque tú estás de paso para ellos y tú eres el paso, también, que se va. Mañana no habrá nada, dinos, droga cómo poseer lo que se presenta hoy a nuestro lado. Gracias a la droga, la vida se antoja como una cuesta abajo, en la que a la vez cada momento que vivimos es el más alto del camino. Gracias por eso. Gracias por la vista nublada, la pérdida de mí, de mis circunstancias, el vaivén hipnótico. Gracias por fomentar el olvido, por hacerlo todo más fácil. Por darle significado a las caricias, a los roces, a...