Pride (Matthew Warchus, 2014)
Justo cuando pensaba que Pride era el culmen de los clichés baratos, aburridos, de las bromas patéticas y pasadas de moda, de los guiños culturales superfluos y de los personajes estereotipados hasta la náusea, va la película y acaba con unos textos inscritos en las imágenes a ralentí estilo "Mark siguió luchando hasta que murió de sida. Tenía 26 años". Es lo que se suele llamar la guinda sobre el pastel. Un pastel de mierda.
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