Tom à la ferme (Xavier Dolan, 2013)

Ayer alrededor de un vaso de vino en una terraza congelada hasta la 1 de la madrugada, porque nunca tengo la valentía de decir que tengo frío, que vamos para adentro, hablábamos sobre el cine excesivo. Ese cine primerizo por ejemplo, en el que tienes ganas de decirle al mundo cómo eres, lo que te gusta, cómo te gusta. Y lo metes todo, presionando con un embudo. A veces funciona y a veces no. La opinión general en la mesa era un no. Contrólate. Sé equilibrado. Pero a mí como que me gusta el todo, el desbordamiento. Y claro, hablamos de Xavier Dolan.

Xavier Dolan siempre fue un poco así. Le gusta Wong Kar-Wai y otros cientos. Y los venera, los copia, los toma, y no pasa nada. El que esté libre de pecado que tire la primera piedra. En Tom à la ferme, a Xavier Dolan le gusta mucho Hitchcock. Le gusta su música, su manera de mover la cámara, de trabajar un ambiente donde no sabes muy bien qué pasa, hacer nacer una intriga de la nada. Tom à la ferme es Rebecca conociendo a Psicosis aderezada con La sombra de una duda. Y funciona, y está bien. No es un pecado imitar a los grandes siempre y cuando guardes un pedazo de ti mismo, tu manera de ver las cosas, de hacerlas, de sentirlas. Eso es lo que tiene que permanecer: una buena historia bien contada. Ya saben. Si he visto más lejos, es porque me he subido a los hombros de gigantes.


Comentarios

Entradas populares de este blog

Blog (Elena Trapé, 2010)

Neighbors (Nicholas Stoller, 2014) / Wish I Was Here (Zach Braff, 2014)

La fille du 14 juillet, Swim Little Fish Swim, Sous la jupe des filles, Ocho apellidos vascos, 3 bodas de más