Dans la maison (François Ozon, 2012)

Cuando tenía 19 años o así me dio por ver toda la filmografía de François Ozon, creo que solamente porque era francés y obnubilada por la Nouvelle Vague pensaba que eso era sinónimo de calidad. El caso es que era uno de los pocos directores que a pesar de que cada película suya que veía pensaba "bah, no es para tanto", aún así seguía viéndolas, una tras otra, casi como si fuera un reto o tuviera que ganarme el derecho a opinar.

Ayer vimos 'Dans la maison' y nos ha gustado. Podría ponerme a hablar del brillante juego de espejos que se establece a tres niveles y que se alterna hasta confundirse, pero estoy segura de que mucha gente lo ha hecho ya. Lo bonito de 'Dans la maison' es que es inclasificable. Es, por momentos, una comedia tímida que se torna algo turbio y misterioso, se vuelve cruel de repente casi sin quererlo y luego muestra piedad y humanidad en momentos insospechados pasando por atisbos de drama o terror. Y esto es algo que el profesor de literatura francesa no es capaz de aceptar. No es capaz de soportar que su alumno sea inclasificable. Que lo que escriba no sea especialmente realista o costumbrista o naturalista o de misterio. Que no se decida entre uno de los rusos o un Flaubert. En definitiva, que sea libre a la hora de moldear a sus personajes a su antojo. Eso es algo que no le gusta a demasiada gente: la libertad. Las cosas nuevas, difíciles de meter dentro de un cliché.

'Dans la maison' ejerce una reflexión sobre el arte oxidado, por un lado con este alumno que irrita a su maestro por el simple hecho de escaparse a su entendimiento: es decir, ser más listo que él. Y por otra parte con su mujer, que trabaja en una ridícula galería de arte por la que desfilan piezas que representan lo atípico y que de igual modo, escapan al entendimiento de la gran parte de los espectadores, pero como entran en el mundo del comercio, la gente se esfuerza por encontrarles una explicación.



Por otra parte adoro que el protagonista sea un fracasado y me hace infinitamente triste ese momento en el que, al final de la película, descubrimos que él también ha escrito hace muchos años un libro sobre una historia de amor banal que "no estaba a la altura de los escritores que él admiraba". Mis profesores siempre me dijeron que para hacer cine primero tienes que ser un gran espectador, ver muchísimo cine, saber sobre todos. Para mí esto nunca supuso un problema, sino todo lo contrario: los deberes se convierten en placer, y lo habría hecho aunque me lo prohibieran. Sin embargo esto no es ninguna garantía y luego llega ese joven con talento que no conoce a Flaubert ni a Salinger pero es capaz de escribir relatos que embaucan sin ninguna técnica ni base preestablecida. Y eso duele, ¿eh?

Comentarios

  1. Lo dicen en una escena de 'Dans la maison' a mitad de la película: es una comedia estúpida, todo esto es ridículo. La película de François Ozon es ñoña en su ventana 'voyeurística' (¡ay qué diría el maestro Hitchcock!), un escape apenas maloliente, que ni siquiera satisface al que lo despide. ¡Mejor nos vamos todos a China! Un saludo!!!

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