Like Someone In Love (Abbas Kiarostami, 2012)

Siempre me gustó esta especie de agujero espacio-temporal que cava Kiarostami en sus películas. Algunos dicen que es el ritmo de la vida real el que intenta retratar, pero yo creo que es un ritmo mucho más especial que ese. Un ritmo interno y propio. Como si se amoldara a las pulsaciones del espectador de modo que las acciones son tan fluídas que la película se ha acabado y tú no te has dado ni cuenta. El tiempo ha pasado y tú ni lo has sentido pasar. Creo que uno de sus trucos para conseguir esto es su placer por meternos dentro de los coches. Tengo debilidad por esos planos que te muestran simplemente la carretera hacia adelante y tú moviéndote con ella o simplemente el paisaje brillando por cada una de las ventanas. Te hacen creer que vas a alguna parte a la que tienes que llegar hasta que te das cuenta de que las mejores de las escenas ocurren cuando el coche ni siquiera está en marcha. Recuerdo Ten , que transcurría por completo en un coche. También recuerdo el coche (¿o era una...