Her (Spike Jonze, 2013)

Os voy a contar una historia. Cuando tenía 13 años tenía una mejor amiga: Nela. Éramos inseparables, yo la desnudé y la metí en la ducha la primera vez que se vomitó el vestido en fin de año. O quizás fue al revés. Éramos tan la una de la otra, que no se sabía muy bien dónde empezábamos y donde acabábamos. A los 13 años internet era ese ente extraño que se acercaba tímidamente a nuestras vidas. Teníamos un modem de 56k que se desconectaba cada vez que alguien llamaba al fijo de casa, y nos metíamos en el chat de Terra. Una vez conocí en el chat a un chico que se llamaba Sergio. Sergio era tan perfecto para mí que daba miedo. Nos gustaban las mismas cosas, compartíamos opinión sobre todo, solo nos faltaba acabar las frases del otro. Era lo que se suele llamar mi alma gemela, mi otra mitad perdida en el mundo. Además vivía en un pueblo a 30 km de mi ciudad, lo que hoy en día sería una nimiedad pero que a los 13 años, sin posibilidad de coger el coche o el tren, era una distancia inabarca...