Kiraware Matsuko no isshô (Memories of Matsuko) (Tetsuya Nakashima, 2006)
El padre de Matsuko nunca la quiso demasiado porque sólo tenía ojos y amor para su otra hermana, enferma y postrada en una cama. Un día la llevó a ver un espectáculo con payasos, y uno de ellos hizo una mueca. Todo el mundo rió, menos su padre. Matsuko, para hacer reír a su padre, le hizo esa mueca, y él estalló en carcajadas, por primera vez. A partir de entonces, ella pondría esa mueca para hacer sonreír a su padre, hasta que dejó de hacerlo, cansado de la broma de la niña. Matsuko, ya de adulta, tiende a poner esa cara cada vez que se encuentra en una situación comprometida, como si eso fuera a arreglarlo todo.
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