True Grit (Joel Coen & Ethan Coen, 2010)
Me enseñaron en alguna parte que el western es el más puro de todos los géneros. Como si estuviera hecho de un metal sin alear. Un metal que tiene el mismo sabor que la sangre. Qué le voy a hacer, nunca me entusiasmó John Ford, y ésta es una de las confesiones que digo con la boca más pequeña.
'True Grit' es cine. No es la vida, porque no. No imita a la vida, sino que está construída con el cine más puro. La materia prima es el cine. Y nada más. Nunca en mi vida me he encontrado cara a cara con el asesino de mi padre tras haberle malherido. Nunca me he paseado por el más perfecto atardecer sobre mi caballo siguiendo una línea rotundamente horizontal. Nunca he sabido regatear. Ni me he subido a un árbol para cortar la cuerda de un hombre ahorcado. Sin embargo todas estas imágenes, desde la composición de todos y cada uno de los planos hasta los diálogos pasando por la fotografía remiten tanto y con tanta fuerza al cine. Que ver 'True Grit' es un regalo. Una gozada. Un placer. Una pequeña maravilla.
'True Grit' es cine. No es la vida, porque no. No imita a la vida, sino que está construída con el cine más puro. La materia prima es el cine. Y nada más. Nunca en mi vida me he encontrado cara a cara con el asesino de mi padre tras haberle malherido. Nunca me he paseado por el más perfecto atardecer sobre mi caballo siguiendo una línea rotundamente horizontal. Nunca he sabido regatear. Ni me he subido a un árbol para cortar la cuerda de un hombre ahorcado. Sin embargo todas estas imágenes, desde la composición de todos y cada uno de los planos hasta los diálogos pasando por la fotografía remiten tanto y con tanta fuerza al cine. Que ver 'True Grit' es un regalo. Una gozada. Un placer. Una pequeña maravilla.
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