The Impossible (Juan Antonio Bayona, 2012)
Pensemos en una tragedia reciente que no esté todavía muy trillada. El 11-S fuera, mejor algo climatológico, para no entrometernos en política, no vaya a ser que me confundan con un director comprometido. Mejor no mancharse las manos. Si pienso ir a Hollywood, es mejor no tener antecedentes penales. Ser un corderito.
Un Tsunami. Perfecto. Una historia sin dobleces: bueno y malo, blanco y negro, pañuelos en mano. Quiero que todo el mundo sepa que estoy comprometido con la verdad, y es por ello que he elegido contar una historia basada en HECHOS REALES. Es por ello que antes de poner el título de la película incluyo una frase informando de que esta historia está basada en HECHOS REALES y por si no he sido suficientemente incisivo, borraré el resto de la oración para dejar marcado en negrita HECHOS REALES. Porque todo esto que cuento en mi película le sucedió a una familia española, físicamente no muy agraciados, así que yo voy a contratar a Naomi Watts y a Ewan McGregor, qué cojones, los actores nacionales no están a la altura de mis expectativas, yo voy a ser un grande, yo voy a llegar lejos. Que conste que me interesa la verdad y los hechos reales y voy a invertir un montón de dinero en técnica para que todo sea lo más realista posible, eso sí, con actores rubios y guapísimos para que el público pueda sentir más compasión por ellos (tan buenos, tan guapos) y además cuyos nombres en cartel multiplicarán por 1000 los espectadores de mi melodrama barato (ideológicamente barato, porque me he llevado todo el presupuesto del país que podría financiar unas 500 películas independientes y de calidad pero España apuesta por llegar lo suficientemente lejos como para olvidarse de que es España) . Lástima que uno de los niños que sale parezca un robot sobreactuado que ha visto demasiadas películas de Arnold Schwarzenegger.
Sé que es un poco VULGAR aprovecharme de semejante tragedia y de las vidas que allí se perdieron pero todo sea por subir un paso más en mi escalera hasta Hollywood, en mi próxima película ya ni se me notará que en realidad nací en Barcelona. Voy a ser tramposo. Voy a utilizar música sensiblona, escenas de sangre tan desagradables como gratuitas, y todos los recursos de tensión que Hitchcock inventó cuando yo ni siquiera había nacido, pero el público ignorante saldrá de la sala todavía obnubilado por las lágrimas pensando que soy un director fresco y lleno de talento cuando no soy más que la copia de una copia de una copia de otra copia y es precisa y unicamente por esta razón por la que voy a llegar muy, muy lejos.
Un Tsunami. Perfecto. Una historia sin dobleces: bueno y malo, blanco y negro, pañuelos en mano. Quiero que todo el mundo sepa que estoy comprometido con la verdad, y es por ello que he elegido contar una historia basada en HECHOS REALES. Es por ello que antes de poner el título de la película incluyo una frase informando de que esta historia está basada en HECHOS REALES y por si no he sido suficientemente incisivo, borraré el resto de la oración para dejar marcado en negrita HECHOS REALES. Porque todo esto que cuento en mi película le sucedió a una familia española, físicamente no muy agraciados, así que yo voy a contratar a Naomi Watts y a Ewan McGregor, qué cojones, los actores nacionales no están a la altura de mis expectativas, yo voy a ser un grande, yo voy a llegar lejos. Que conste que me interesa la verdad y los hechos reales y voy a invertir un montón de dinero en técnica para que todo sea lo más realista posible, eso sí, con actores rubios y guapísimos para que el público pueda sentir más compasión por ellos (tan buenos, tan guapos) y además cuyos nombres en cartel multiplicarán por 1000 los espectadores de mi melodrama barato (ideológicamente barato, porque me he llevado todo el presupuesto del país que podría financiar unas 500 películas independientes y de calidad pero España apuesta por llegar lo suficientemente lejos como para olvidarse de que es España) . Lástima que uno de los niños que sale parezca un robot sobreactuado que ha visto demasiadas películas de Arnold Schwarzenegger.
Sé que es un poco VULGAR aprovecharme de semejante tragedia y de las vidas que allí se perdieron pero todo sea por subir un paso más en mi escalera hasta Hollywood, en mi próxima película ya ni se me notará que en realidad nací en Barcelona. Voy a ser tramposo. Voy a utilizar música sensiblona, escenas de sangre tan desagradables como gratuitas, y todos los recursos de tensión que Hitchcock inventó cuando yo ni siquiera había nacido, pero el público ignorante saldrá de la sala todavía obnubilado por las lágrimas pensando que soy un director fresco y lleno de talento cuando no soy más que la copia de una copia de una copia de otra copia y es precisa y unicamente por esta razón por la que voy a llegar muy, muy lejos.
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