Is the Man Who Is Tall Happy?: An Animated Conversation with Noam Chomsky (Michel Gondry, 2013)
Conocí a Michel Gondry hace mucho y me robó el corazón. A la vez me hacía mucho daño, ese hijo de puta que acaparó toda la creatividad que deberían tener al menos 20 ó 25 personas si este mundo fuera un lugar de justicia. Ese pequeño bastardo francés que tocaba la batería, entendía de buena música, rey del stop motion, que hacía videoclips que dejarían boquiabierto al mundo unánimamente y luego aún encima hacía alguna de las películas más maravillosas jamás hechas. Admirar a una persona a tan alto nivel no es fácil, te quita más energía que inspiración te da.
Ayer conocí a Michel Gondry de verdad. Estaba ahí, a dos metros, contándonos cosas sobre Is the Man Who Is Tall Happy? Yo esperaba una revelación, que tuviera una máquina hecha de sueños y recuerdos que nos contagiara un poco de su talento a todos los allí presentes. Pero nada de eso ocurrió. Mi primera reacción fue dar un respingo al verlo aparecer, un poco infantil, diciéndome: es como en las imágenes de Google pero en movimiento y 3D. Mi segunda reacción fue buscar un atisbo en su físico que denotara su gran inteligencia. Lo único que encontré fue que se vestía un poco mal. Llevaba una chaqueta de lana vieja mal abotonada: se notaba que no tenía tiempo para ir de compras, lo gasta todo siendo un genio, que según dicen, es un trabajo a jornada completa.
Michel nos habló durante hora y media, sin mucha pasión, pero de un modo preciso y encantador. Parecía algo cansado. Un sentimiento que debes tener cuando te has pasado 4 años trabajando en esta película durante la noche porque durante el día estabas filmando The Green Hornet. Michel dijo que para él fue muy sencillo hacer esto. Una especie de paraíso mental, un oasis tras la marcha en el desierto. Rodar al estilo hollywodiense una película de mierda, poder volver a casa y sumergirte en tus conversaciones con Noam Chosmky.
Is the Man Who Is Tall Happy? es preciosa. Es lumínica, viva, divertida, profunda, inteligente. Michel Gondry ha encontrado un equilibrio perfecto entre el tedio y el divertimento. Es capaz de transmitirnos una idea compleja imposible a retener ayudándose de una animación didáctica y artística a la vez.
Michel Gondry dijo algo que me gustó mucho. Hablando con Noam Chosmky salió el tema de la inspiración. Él dijo que sacaba la inspiración de sus defectos o sus puntos débiles. Por ejemplo, el inglés no es su punto fuerte. Así que cuando una amiga le habló sobre que estaba construyendo la maqueta de un barco en el bosque, él entendió que estaba construyendo un bosque dentro de un barco. Y supongo que la capacidad de ver eso es lo que diferencia a Michel Gondry de los demás.
Ayer conocí a Michel Gondry de verdad. Estaba ahí, a dos metros, contándonos cosas sobre Is the Man Who Is Tall Happy? Yo esperaba una revelación, que tuviera una máquina hecha de sueños y recuerdos que nos contagiara un poco de su talento a todos los allí presentes. Pero nada de eso ocurrió. Mi primera reacción fue dar un respingo al verlo aparecer, un poco infantil, diciéndome: es como en las imágenes de Google pero en movimiento y 3D. Mi segunda reacción fue buscar un atisbo en su físico que denotara su gran inteligencia. Lo único que encontré fue que se vestía un poco mal. Llevaba una chaqueta de lana vieja mal abotonada: se notaba que no tenía tiempo para ir de compras, lo gasta todo siendo un genio, que según dicen, es un trabajo a jornada completa.
Michel nos habló durante hora y media, sin mucha pasión, pero de un modo preciso y encantador. Parecía algo cansado. Un sentimiento que debes tener cuando te has pasado 4 años trabajando en esta película durante la noche porque durante el día estabas filmando The Green Hornet. Michel dijo que para él fue muy sencillo hacer esto. Una especie de paraíso mental, un oasis tras la marcha en el desierto. Rodar al estilo hollywodiense una película de mierda, poder volver a casa y sumergirte en tus conversaciones con Noam Chosmky.
Is the Man Who Is Tall Happy? es preciosa. Es lumínica, viva, divertida, profunda, inteligente. Michel Gondry ha encontrado un equilibrio perfecto entre el tedio y el divertimento. Es capaz de transmitirnos una idea compleja imposible a retener ayudándose de una animación didáctica y artística a la vez.
Michel Gondry dijo algo que me gustó mucho. Hablando con Noam Chosmky salió el tema de la inspiración. Él dijo que sacaba la inspiración de sus defectos o sus puntos débiles. Por ejemplo, el inglés no es su punto fuerte. Así que cuando una amiga le habló sobre que estaba construyendo la maqueta de un barco en el bosque, él entendió que estaba construyendo un bosque dentro de un barco. Y supongo que la capacidad de ver eso es lo que diferencia a Michel Gondry de los demás.
Hay cosas, tal vez, que no pueden ser explicadas. O no deben. Y seguramente sea mejor así. Para los mediocres no, claro, pero si existiera una receta para ser Michel Gondry, ¿qué mérito tendría serlo? Incluso me parece increíble que él siga siéndolo después de tanto tiempo.
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